miércoles, 26 de julio de 2017

MERCADO Y SOCIEDAD

Pareciera innegable que las sociedades actuales viven inmersas en la criminalidad. Que el Estado es incapaz de frenar el crecimiento y desarrollo exponencial de los criminales y sus organizaciones, aún con los medios (informativos y de control); las herramientas (tecnológicas y de armamento, etc.) y el dinero con los que cuenta.

¿Es real este crecimiento delictivo, o es una percepción aparente que nos brindan medios y herramientas informativas que lo transmiten (casi) en el instante de su comisión?

Una reflexión más profunda pone de manifiesto no sólo que la comisión de delitos va a la alza, sino que además y pese a los “esfuerzos y programas” de combate/prevención, los criminales, han formado organizaciones estructuralmente sólidas; financiera y armamentísticamente fuertes y con arraigo y respaldo social, capaces de neutralizar o exterminar la fuerza del Estado. (PÉREZ GARCÍA, 1990)

Este crecimiento delictivo debe tener una explicación, así como también, debe existir una explicación de por qué el Estado se mira incapaz de hacer frente al fenómeno delictivo y su crecimiento.
1989

El Estado tal como lo conocemos hoy, fue una invención de Thomas Hobbes, este teórico inglés del siglo XVII, prescribió la necesidad de un poder fuerte y centralizado, que pusiera límites a “la maldad natural del hombre” este Estado, garantizaría “el desarrollo social” a través del monopolio de la fuerza; la policía, el ejército y la Justicia.  El Estado se configuró como una representación real e ideológica, monolítica, autónoma y que defendía los intereses de la Sociedad y no de sectores o personas.

Este Estado se presentó como la encarnación de la justicia y del Bienestar Social.

Para 1929, dentro de la crisis Económica de Estados Unidos, las críticas de Carlos Marx y Federico Engels, se hicieron realidad, este Estado imparcial, socialmente útil, representante de la Justicia, era falso, el Estado de Hobbes, era el Estado de la Burguesía, y este representaba y defendía sus intereses y no el de las mayorías.

En este contexto, se intentó arreglar al Estado, apretándole unas tuercas y cambiando algunos engranes, pero conservando la maquinaria intacta, se le puso entonces, apellido, El Estado Benefactor, un Estado caracterizado por la planificación económica, el desarrollo e impulso de la producción/consumo nacional, que jurídicamente se tradujo en la imposición de políticas de protección mediante la imposición de impuestos y aranceles a la importación de mercancías con el objetivo de mantener los intereses intactos de la Burguesía.

Para 1945, terminadas la a 1ª y 2ª Guerra mundial, se puso de manifiesto que la economía y sus intereses, condicionaban los procesos sociales, el tratado “Bretton Woods”  que repartía los botines de guerra, las zonas de comercialización y partición del mundo para los empresarios sugirió la necesidad de crear un organismo internacional al que los vencedores someterían sus diferendos en aras de evitar peleas, LA ONU[1].

Para 1970, esta partición del mundo, era obsoleta. Los avances tecnológicos y la supra especialización en los procesos productivos, trajo como consecuencia, el abaratamiento de los costos producción y un excedente que requería comercialización.

En 1989, un economista inglés (John Williamson) encarnó el nombre de “El consenso de Washington”. Diez reglas que garantizaban el consumo de mercancías a través de la eliminación de cualquier barrera (cultural, económica, social, política, psicológica, jurídica y administrativa) que impidiera la libre circulación y  consumo de las mercancías; proceso al que económicamente años después se le denominaría NEOLIBERALISMO, y que en su vertiente política, social, cultural y filosófica se le conocerá como GLOBALIZACIÓN.

Pero ¿Cómo puede una situación económica transformar o influir en el crecimiento del crimen?

Pongamos por ejemplo un contenedor de agua, cuya capacidad de almacenamiento es de un litro de agua, que tarda en llenarse 2 días, él que tarda en vaciarse, por consumo, 10 días; sin embargo, por cuestiones de intereses, decidimos que es un deber social aumentar su capacidad de almacenamiento, que nos permita que la llave del agua permanezca siempre abierta y que garantice un consumo constante y mayor (al necesario); dicha tarea, a primera vista se mira fácil de resolver, basta diseñar un contenedor 5 veces más grande, sin embargo el problema real lo representa la transformación del pensamiento de quienes consumen dicho líquido, pues escudriñándolo más de cerca advertimos que la necesidad de consumo se encuentra satisfecha durante los 10; por tanto se hace necesario no solamente ampliar la capacidad de almacenamiento, sino MODIFICAR LOS HÁBITOS, CREENCIAS, NECESIDADES, FORMAS Y REGLAS DE CONSUMO con el único fin de que, ni la llave del agua se cierre y que el consumo sea constante; es decir, se requiere un cambio en la forma de pensar, de concebir y de garantizar EL CONSUMO; se requiera una personalidad de consumo acelerado, un ser individual que socialice bajo la idea de producción/consumo del placer.

Ahora bien, la mentalidad de este individuo está condicionada a la renovación constante de este binomio producción/consumo de placer, pues sus filtros de experiencia están condicionados a la interpretación de la realidad por el estímulo de la compra/venta.

Sin embargo, sus parámetros de comportamiento no se restringen a la actividad económica,  pues para que este contenedor que agrandamos 5 veces más, permanezca constantemente vació, se hace necesario, cómo dijimos, la creación de un estímulo negativo, una permanente sensación de insatisfacción, es decir, la creación de un sentimiento de abandono, un sentimiento de vacío existencia que sólo puede superarse a través de la renovación constante del binomio producción/consumo de placer; a través del permanente apropiamiento (compra/adquisición) de lo NUEVO, es decir, un proceso de consumo acelerado.

Sin embargo, esta sensación de compra/adquisición (apropiamiento) de lo nuevo sólo puede hacerse a través de interiorizar la experiencia negativa de la insatisfacción, empero esta sensación no pude abstraerse sólo al proceso de compra/adquisición; pues la banal acción de consumir no propicia este falso vacío; de ahí que la percepción de insatisfacción debe interiorizarse y proyectarse en todos los ámbitos de la existencia, con el fin de que adquiera eficacia real y práctica;  paradójicamente, una vez que este proceso de vacuidad, de desolación, de sin sentido de la existencia[2]  permear todos los segmentos de la existencia, se crea una fantasía, la fantasía de la existencia.

Socialmente hablando este sin sentido de la existencia se proyecta en los planes de vida del individuo, en la incapacidad para establecer relaciones de permanencia y continuidad, pues, para decirlo en palabras simples, la estabilidad (permanencia y continuidad) hace imposible el consumo acelerado de lo nuevo; proceso que hemos explicado requiere una economía de libre mercado al nivel mundial (neoliberalismo y globalización).  Esto quiere decir que se educa, se condiciona y se construyen personalidades para el consumo, que el individuo extiende y replica a todos sus ámbitos de vida; cuyos efectos se manifiestan en la realidad a través de la incapacidad para establecer relaciones permanentes de amor, de familia, de trabajo, de creencias psicológicas, políticas, ideológicas y jurídicas, pues LO NUEVO, es la única forma de satisfacción que puede conciliar el vació existencial que le ha sido creado.
 Cuando nos abandonamos a la fantasía . . .  sentimos un inmenso placer, pero . .  .la formación de fantasía sólo enmascara, llena, un cierto vacío, falta, lugar vacío en el Otro. (Zizek, 2003, p.107)

Ahora bien, como hemos advertido, este proceso de producción/consumo de placer crea formas complejas de pensamiento que condicionan al individuo de mercado a elaborar paradigmas cognitivos fútiles y de muy corto plazo, pues, proyecciones o proyectos a largo plazo no logran extinguir este proceso ilusorio de vacío existencial, salvo que, en dichos proyectos el individuo logre proyectar una experiencia de mayor producción/consumo de placer en su realización, de ahí que se opte por condiciones de vida que aceleren la capacidad de adquisición monetaria, pues finalmente este proceso de producción/consumo de placer esta permanentemente condicionado a la capacidad de compra/adquisición del mismo, pues no debe olvidarse que el objetivo central del neoliberalismo y de la globalización es la maximización en la obtención de ganancias y plusvalía.

Criminalidad y consumo

En ese contexto, la criminalidad adquiere un nuevo cariz.

Como hemos advertido, en la sociedad de consumo acelerado la existencia tiene un vació permanente que sólo logra conciliarse a través del proceso de producción/consumo de placer. Pero para poder superar este vacío existencial no puede materializar a través de formas gratuitas de adquisición, pues las mismas no fomentan la experiencia del placer en sus dos vertientes; por tanto sólo a través de la compra/adquisición puede superarse el vacío existencial.

Este proceso de compra/adquisición, debe ser acelerado y creciente, pues a mayor capacidad de compra/adquisición más rápidamente puede superarse este supuesto vacío existencial, pues visto más de cerca, está vacío de la existencia es lo único que es constante y permanente, pues sólo así puede explicarse el acelerado y vertiginoso proceso de creación e innovación en todos los segmentos de la vida, pues la felicidad es efímera, aparente y fugaz; por eso, este sujeto sólo puede vivir en el instante, en el alivio que provee el presente permanente, pues sólo en este puede materializarse lo nuevo.

Es precisamente aquí donde la concepción tradicional del trabajo resulta inadecuada para esta sociedad, pues la capacidad de compra/adquisición que se obtiene a través de la tradicional venta de la fuerza de trabajo (Jornada de trabajo 8, 10, 12 o 14 horas por 6 días a la semana) es menor y hace incapaz la producción/consumo de placer, pues la gran cantidad de horas dedicadas a una actividad resultan infinitamente desproporcionadas a la cantidad de producción/consumo de placer que se es capaz de comprar/adquirir.

De ahí que el individuo opte por la búsqueda de actividades (formas aceleradas) que maximicen la obtención de dinero, pues así visto, el dinero no es la forma de garantizar la existencia, de superar el vacío existencial, sino el medio e  instrumento de realización de la producción/consumo de placer, pues al final, el dinero al ser sólo un vehículo (mercancía) pontecializador(a) que no logra resolver el conflicto existencial; sólo la compra/adquisición permanente de lo nuevo, se presenta como el proceso liberador que aparentemente puede superar el vacío existencial: y es aparente esta liberación porque el individuo nunca logra satisfacción plena, incluso ni con la muerte, pues al estar condicionado a vivir en el eterno presente, lo nuevo (el  futuro) es inalcanzable.

Ahora bien, las formas aceleradas de obtención de dinero, sólo pueden materializarse a través de las mismas actividades que materializan el proceso producción/consumo de placer, es decir, a través de actividades que producen la falsa existencia; las no reglamentadas y que se encuentran ausentas en la Ley, pues la ley, en este Estado (Burgués) Neoliberal, es la expresión del desarrollo de la vida social realmente existente, por eso las formas aceleradas para comprar/adquirir sólo pueden ligarse al crimen.

Tal afirmación no resulta absurda si advertimos la relación dicotómica que se establece entre ilicitud/ganancia, pues en ellas se hace evidente la crueldad de la Ley de la oferta y la demanda; a mayor demanda y menor oferta, la ganancia se incrementa, lo que se traduce en “prefiero ser rico en mi juventud y morir, a llegar a anciano sin haber disfrutado[3].

La criminalidad adquiere entonces, legitimad.

Es entonces cuando la violencia asociado al crimen adquiere legalidad, pues deja de ser el instrumento para proveer seguridad aparente; y se convierte en un instrumento de respeto, en una forma de vida; y es en este proceso en donde el Estado revela su verdadera identidad; pone de manifiesto el verdadero pacto social que en él se expresa, representa los intereses  de quienes poseen los medios económicos, las armas, el crimen y los cargos públicos, pues en estricto sentido, el diseño, instrumentación y normalización del Estado neoliberal y la globalización, se hace a través de la institucionalidad del Estado de Violencia Civilizadora, que el individuo materializa en una falta de credibilidad y crisis de seguridad.

En tal escenario el aumento y proliferación del crimen guardan relación directa con  la producción/consumo de placer, en la creación de individuos que sólo socializan en el mercado.

BIBLIOGRAFIA
Clastres, Pierre; Arqueología de la violencia: la Guerra en las sociedades primitivas, FCE, Argentina, 2004.
Echeverria, Bolivar; Valor de uso y utopía, Siglo XXI Editores, México, 2ª reimprsión, 2010
Engels, Federico, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, Ed. Progreso, Moscú, 1966.
Hobbes, Thomas, Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, trad. de Manuel Sánchez Sarto-3ª ed. México, FCE, 2017.
Nietzche, Federich, Ecce Hommo, Alianza ed.,  España, 2011

Rorty, Richard; Filosofía y futuro, Barelona, Gedisa, 2002.
Vacas Mora, Victor, Estado de violencia, violencia de Estado. Reflexiones antropológicas en torno a la guerra, la violencia y el Estado, Revista Colegio de San Luis, vol. 5 no.10 San Luis Potosi jul/dic 2015.
Zizek, Slavoj, El sublime objeto de la ideología, 1ª ed., Buenos Aires. Trad. Isabel Vericat Núñez,  Siglo XXI Editores Argentina, 2003.

Artículos
Martinez Rangel, Rubi,  Ernesto Soto Reyes Garmendia, El Consenso de Washington: la instauración de las políticas neoliberales en América Latina, en Política y Cultura, núm. 37, 2012, pp. 35-64, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, Distrito Federal, México.
Fortanet, Joaquín; Entre liberalismo y filosofía, Entrevista Richard Rorty, en Astrolabio, Revista Internacional de Filosofía, España, número cero, año 5, 2005; Disponible en: http://www.ub.edu/astrolabio
Groebel, Jo; La violencia en los medios. Estudio global de la UNESCO, en  PROYECTO PRINCIPAL DE EDUCACION BOLETIN 49 Santiago, Chile, Agosto 1999en América Latina y el Caribe, publicaciones OREALC.
Perez García, Pablo, Una reflexión en torno a la historia de la criminalidad, Revista d'historia medieval, Nº 1, 1990 (Ejemplar dedicado a: Violència i marginació en la societat medieval), págs. 11-37
Vázques Sánchez, Jorge, Neoliberalismo y Estado Benefactor. El caso mexicano; en Aportes, Revista de la Facultad de economía, BUAP, año X, Número 30, Septiembre- Diciembre 2005.




[1] Veáse http://www.cinu.mx/onu/onu/ Analisis económico de la 1ª y 2ª guerra mundial y el nacimiento de la ONU
[2] Véase  Nietzche, Federich, Ecce Hommo, Alianza ed., 2011
[3] Entrevista al ENTREVISTAN A "EL PONCHIS" NIÑO SICARIO CPS véase https://www.youtube.com/watch?v=uBum7om5nAE ; niños sicario en Colombia, véase https://www.youtube.com/watch?v=66DGmlyPPUU

martes, 18 de julio de 2017

JUSTICIA

En noviembre de 2015, inició, en nuestro país, la inserción del Sistema de Justicia Penal Acusatorio, culminando dicho proceso el 18 de junio de 2016, según la exposición de motivos de la Reforma Constitucional en Materia de Justicia Penal y Seguridad Pública[1],  se busca:
1.     El respeto a los derechos de la víctima, ofendido y del imputado
2.   Fundándose en los principios de Publicidad, Contradicción, concentración, continuidad e inmediación
3.    Revisar las facultades monopólicas del Ministerio Público para el ejercicio de la acción penal.
Este sistema procesal acusatorio se caracteriza por:
A) La reducción del estándar probatorio para iniciar juicio (basta la presunción de culpabilidad para iniciar un procedimiento)
B)   La prisión preventiva es un instrumento para garantizar la sujeción al proceso y no un medio de intimidación
C)   Se prima la igualdad procesal entre las partes, debiendo aportarse pruebas oportunas y eficaces
D)  Se supraespecializan los jueces (de control, de juicio, de intervención de comunicaciones, etc[2])
E)    Se profesionaliza la defensa legal (gratuita o particular) como Garantía Constitucional
F)    Se documenta  el “registro inmediato de detención”
G) Se garantiza el derecho de la víctima a impugnar y se instaura el principio de “proporcionalidad de la pena”.[3]
Visto en cifras, desde noviembre de 2015 al 31 de mayo de 2017, la implementación del Sistema Penal Acusatorio ha arrojado: 99 478 carpetas de investigación, de ellas 43.45% obtuvieron solución; 3549 a través del procedimiento abreviado (declaración de culpabilidad), 916 por acuerdo reparatorio (pago de los daños ocasionados) y 119 juicios ganados.[4]
Sin embargo, institucionalmente y socialmente, el sistema procesal acusatorio no ha causado la emoción esperada.
¿Y adquiere sustento real tal opinión?
Lo cierto es que el sistema procesal acusatorio penal reduce la amplia gama de facultades punitivas que tenía el Estado, constriñéndolo a su función Jurisdiccional, (vigilar el cumplimiento de las formalidades del procedimiento, el desarrollo/cumplimiento de la secuela procesal y la emisión de una sentencia acorde con el caudal probatorio legalmente obtenido y desahogado)
Es decir, la función punitiva del Estado se reduce a la ponderación y deliberación en juicio y, eventualmente, a la especialización de Abogados denunciantes, de trámite y autorización (M.P., Fiscales, Jueces y sus auxiliares).  Mientras que la FUNCIÓN DE INVESTIGACIÓN, DE PROBAR, DE DEFENSA y PATROCINIO DE INTERESES,  DE PERSECUCIÓN Y DENUNCIA DEL DELITO se deja a cargo de los particulares (M.P., Asesor Jurídico, Acción del particular o Abogado Defensor).
Esta segmentación/división de la labor jurídica, impone, necesariamente TRABAJADORES (operadores) ESPECIALIZADOS en dichas funciones, es decir, el éxito del nueva Sistema de Justicia Procesal Penal, se DEPOSITA EN LOS PARTICULARES, en una lógica de la competitividad y de la maximización del beneficio, en palabras más simples EL ACCESO A LA JUSTICIA SE DEPOSITA en la realización del sueño de los capitalistas: “La Justicia económica, inspirada en el interés particular sin el lastre de la solidaridad ni el control del Estado”.
Esto simple y sencillamente significa que EL ÉXITO O DESCRÉDITO DEL SISTEMA PROCESAL ACUSATORIO DEPENDE DE LA REMUNERACIÓN ECONÓMICA QUE PRETENDAN SUS TRABAJADORES (OPERADORES) AL HACER SU TRABAJO Y NO DE LA IDEA DE LO JUSTO O LO INJUSTO DEL APARENTE DELITO.
El sistema procesal acusatorio penal abandona la máxima jurídica de  “LA FUNCIÓN SOCIAL DEL DERECHO PENAL” y se inspira en el principio “DEL DEBER DE PROBAR”
El sistema procesal acusatorio, atiende a la era de la globalización económica, el Estado se mira incapaz de ofrecer/garantizar el uso legal y legítimo de la “razón del Estado”, es decir, se mira incapaz de ofrecer respuesta sociales a las “violencias locales,  la regulación cívica de la economía y el monopolio de la violencia (Cubert, Jaume, 2005, p.129)
Sin embargo, el sistema procesal penal acusatorio, GARANTIZA un principio procesal básico “LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA” con todas sus consecuencia. Y es este principio el que la Institucionalidad, las fuerzas monopólicas y regresivas pretende extinguir.
¿Por qué la Presunción de Inocencia genera el descontento de las corporaciones policíacas, de agentes de ministerios públicos, fiscales, etc.?
Con base el artículo 20 Constitucional y los reglamentarios del Código Nacional de Procedimientos Penales identificados con los número 2, 9, 11, 12, 16, 17, 90, 113 fracción IX, 131 fracción I, 251 último párrafo, 252  251 y 252 del Código Nacional de Procedimientos Penales, los involucrados en el esclarecimiento de la acción penal tienen OBLIGACIONES PROCESALES DE LEALTAD, IMPARCIALIDAD, RECTITUD, DEBER DE PROBAR, IGUALDAD PROCESAL, RECEPCIÓN Y DESAHOGO DE PRUEBAS DE DESCARGO, EN SUMA, el principio en cita GARANTIZÓ LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD HISTÓRICA Y NO INSTITUCIONAL, SIN LO CUAL, NO PUEDE HISTÓRICA Y LEGALMENTE VINCULAR A PROCESA A UN IMPUTADO (Llevar a juicio a un presunto responsable).

Es en este punto en el que la Institucionalidad y en los sectores regresivos de la sociedad ha generado el Descontento.

No debe olvidarse que al amparo del amplio poder del que gozaba el Estado y sus persecutores se pudo encarcelar a los opositores al proyecto de aeropuerto de Enrique Peña Nieto de San Salvador Atenco; se fabricó el Delito de Secuestro a las indígenas veracruzanas de militares y federales que las superaban en número y fuerza, y se ha encarcelado a nuestros hermanos, hijos, familiares y conocidos por estar en el lugar y la hora incorrecta.

Son estas garantías procesales las que ponen en evidencia la fabricación de delitos, las vejaciones y torturas a los que son sometidos los imputados, pero más aún ponen de manifiesto, abierta y claramente la ineficacia de Agentes de Ministerios Públicos, de Policías, Fiscales y Auxiliares del proceso penal que sólo saben rascarse la panza, sentarse frente a la computadora y repetir una perorata desacreditada y que revictimiza, reflejo de un sistema de corruptelas y dádivas.

En efecto, el sistema procesal acusatorio penal no es la panacea, pero sin duda en él se hizo presente la lucha de los defensores/promotores de Derechos Humanos, de colectivos, organizaciones y asociaciones vilipendiadas y apabulladas por la injusticia y la corrupción, el sistema requiere modificaciones, claro, pero con un amplio cariz social, que coloquen al impartidor de Justicia en condiciones de ejercer el poder en él depositado de forma contextualizada, que lo concientice  de su labor histórica, con un conocimiento apriorístico del hecho delictivo, sopesado bajo los principios de racionalidad, experticia, proporcionalidad y de mayor beneficio social, garantizan el respeto y protección del avance obtenido en la materia.

BIBLIOGRAFIA

Islas Colín, Alfredo; Revista Amicus Curiae, Año I, Número 6, Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia, Facultad de Derecho

Comisión Bicameral del sistema de bibliotecas, Secretaria de Servicios Paralamentarios, Centro de Documentación, Información y Análisis; Junio de 2018, veáse http://www.diputados.gob.mx/sedia/biblio/archivo/SAD-07-08.pdf; consultado el 14 de julio de 2017

Curbert, Jaume, Publicado, bajo el título “Las políticas de seguridad ciudadana en Europa: el caso de Barcelona” en Quórum. Revista Iberoamericana, Nº 12.Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá, 2005. p. 95-109

Sánchez, Astrid; EL universal, Nación, Política; Nuevo sistema penal, con pocos resultados,  27/06/2017, véase en: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/politica/2017/06/27/nuevo-sistema-penal-con-pocos-resultados

Proceso, “la capital” (Redacción), Sistema de Justicia Penal Acusatorio, “nuevo modelo con viejos vicios”: MUCD, 8/05/2017, véase en: http://www.proceso.com.mx/485550/sistema-justicia-penal-acusatorio-nuevo-modelo-viejos-vicios-mucd



[1] Comisión Bicameral del sistema de bibliotecas, Secretaria de Servicios Paralamentarios, Centro de Documentación, Información y Análisis; Junio de 2018, veáse http://www.diputados.gob.mx/sedia/biblio/archivo/SAD-07-08.pdf; consultado el 14 de julio de 2017

[2] En este nuevo sistema los actos que implican las transgresión de Derechos Humanos deben de estar autorizados por Jueces, a efecto de que dicho material puede servir como elemento probatorio valido en un juicio penal, entre otros actos de investigación que requieren autorización judicial.

[3] Islas Colín, Alfredo; Revista Amicus Curiae, Año I, Número 6, Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia, Facultad de Derecho; consultado en:  http://www.derecho.duad.unam.mx/amicus-curiae/descargas/oct09/Juicios_Orales.pdf  el 14 de julio de 2017

[4]Sánchez, Astrid; EL universal, Nación, Política; Nuevo sistema penal, con pocos resultados,  27/06/2017, véase en: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/politica/2017/06/27/nuevo-sistema-penal-con-pocos-resultados

viernes, 14 de julio de 2017

Imperialismo desde la perspectiva socialista

Imperialismo desde la perspectiva socialista

El análisis propuesto desde el método marxista resulta destacable y constituye el prototipo que permitirá reconocer los elementos esenciales del imperialismo como sistema de dominación.

1.1 Rosa Luxemburgo
Rosa Luxemburgo teórica marxista y militante del Partido Socialdemócrata de Alemania expuso, a propósito de este concepto, que constituye el resultado de la expresión política del proceso de acumulación del capital en su embate sistemático para usurpar los medios de producción no capitalistas[1]. Derivado del gran desarrollo y la coincidencia cada vez más violenta de los países capitalistas para asaltar territorios no capitalistas, el imperialismo argumenta debe incrementar el nivel de violencia contra las naciones no capitalistas. Esta represión, agudiza los conflictos entre las potencias capitalistas en pugna. El aumento de este acto es a juicio de Luxemburgo, la que provoca el colapso del sistema, de las naciones no capitalistas y menguara el espacio para la acumulación del capital. Concluye que el imperialismo presenta una ambivalencia en dos aspectos: 1) representa un método histórico para alargar la existencia del capital y 2) constituye una forma objetiva que eliminara la existencia capitalista[2].

1.2 Lenin
El destacado marxista Vladímir Ilich Uliánov alias Lenin, político, revolucionario, teórico, dirigente bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso y principal dirigente de la Revolución de Octubre de 1917, en su obra L’Impérialisme dernière ètape du capitalisme precisó que con relación al imperialismo este constituye el resultado del desarrollo directo y continuo de las propiedades inherente a ese sistema[3]. Sin embargo, para constituirse en un sistema imperialista debe alcanzar un grado muy alto en su existencia. Ello implica que las características esenciales del capitalismo configuren su antagónico, cuando han trastocado la mayoría de las estructuras económico-sociales del estado. Lo fundamental en el proceso, expone Lenin, desde el punto de vista económico, es el reemplazo del atributo esencial del capitalismo, la libre concurrencia de las fuerzas del mercado, por el establecimiento de monopolios capitalistas. Este acaparamiento monopolista en la producción de las mercancías en general; trastoca y se opone a la libre afluencia de otros competidores capitalistas, instaurando:

a)      Supresión de la producción menor y remplazo por,
b)      la producción a gran escala,
c)      concentración de la producción y del capital hasta tal nivel, que de sus entrañas ha florecido el monopolio (cárteles, sindicatos, trusts),
d)     fusión de las estructuras monopólicas con las del capital financiero,
e)      subordinación de las fuerzas productivas de menor escala a la estructura monopólica que genera contradicciones, fricciones y conflictos agudos,
f)       el monopolio constituye una etapa de tránsito a una fase posterior del capitalismo.

Lenin expuso que la definición concreta del  imperialismo constituía el ciclo monopolista
del capitalismo. Dicho de otro modo consistía en:

1.      La etapa mediante la que el capital financiero (capital bancario monopólico) se unificara con el capital monopólico industrial y,
2.      el periodo de tránsito de la política colonial de la repartición del mundo de las regiones no invadidas por alguna potencia capitalista, es decir la época de la política colonial de dominación monopolista a todos los territorios del mundo.

Lenin afina la definición de imperialismo en cinco características esenciales:

a)      La unión de la producción y del capital a un grado muy opulento que gesta estructuras monopólicas con capacidad de impactar al sistema económico,
b)      la fusión del capital bancario con el industrial para la instauración de una oligarquía financiera dueña de los monopolios bancarios e industriales,
c)      la exportación de capital, consigue una importancia específica,
d)     el reparto del mundo a través de asociaciones internacionales monopólico-capitalistas y
e)      la conclusión del reparto territorial del globo entre las principales potencias capitalistas[4].

Lenin última que el imperialismo es el capitalismo en su ciclo de desarrollo que ha configurado y perfeccionado el dominio de los monopolios y del capital financiero, en este proceso sostiene, es fundamental la exportación de capital, el reparto del mundo mediante trusts internacionales. La distribución de todo territorio entre las naciones países capitalistas principales ha terminado[5].

1.3 Imperialismo económico, político e ideológico

Imperialismo económico
Es un mecanismo mediante el capital extranjero se infiltra a un país a través de supuestas inversiones. Se ejecuta con el fin de dominar el mercado de productos o financiamiento de otros Estados económicamente débiles, mediante la adquisición de las empresas industriales, comerciales o actividades estratégicas de la economía del país, de sus servicios públicos esenciales (electricidad, gas, transportes, teléfonos, etcétera).

Imperialismo político
Tiene por objeto incorporar al país imperialista territorios de otras naciones. La invasión no implica una acción bélica puede realizarse mediante la celebración de tratados o acuerdos o bajo la amenaza de actos que políticamente coloquen en estado de vulnerabilidad. Ejemplo: La anexión de las islas Malvinas a Inglaterra.


Imperialismo  ideológico
Esta forma de imperialismo se ejerce mediante la socialización de ideas de la nación hegemónica con el objeto de incrementar su espacio de influencia.



[1] Luxemburg, Rosa, La acumulación del capital, s.l, Edicions internacionals Sedov, s.f., p. 221.
[2] Luxemburg, Rosa, ob. cit., p. 232.
[3] Lenin, V.I, El imperialismo, fase superior del capitalismo, China, Ediciones en lenguas extranjeras Pekín, 1975, p. 54.

[4] Ídem.
[5] Lenin, V.I., ob. cit., p. 57. 

sábado, 1 de julio de 2017

La llamada Globalización (imperialismo) desde la perspectiva liberal

Capítulo 1. 

1.1 Concepto de imperialismo
El imperialismo es un sistema de dominación política, económica, militar, territorial y cultural que ejerce un Estado o potencia capitalista con el objetivo de extender su ámbito de influencia sobre otros Estados. Etimológicamente, es un vocablo singular: “imperiale”, significa perteneciente o relativo al imperio y el prefijo: “ismo”, designa una doctrina o sistema. Este régimen hegemónico, obedece a la explotación económica, subordinación cultural, ocupación militar de territorios geoestratégicas, creación de protectorados e invasión de zonas no habitadas con el objetivo de preservar las estructuras de poder de ese Estado imperialista. Para concebir y contextualizar el fenómeno del imperialismo resulta necesario hacer un recorrido por la perspectiva capitalista y desde el enfoque marxista.

1.2 Hobson
Con relación a los estudios realizados desde la orientación liberal, el economista y crítico John Atkinson Hobson conocido ordinariamente como J.A. Hobson en su obra “Estudio del Imperialismo”, expuso los orígenes económico, político, teórico y prácticos de este sistema; estableció de forma general que la expansión de este sistema de dominación obedeció a la búsqueda de nuevos mercados e inversión en ultramar bajo una aparente misión civilizadora. Esto se traducía en una inequitativa distribución de la riqueza. Hobson precisó que la degeneración del nacionalismo se transfiguraba en imperialismo; en este las naciones exacerban la rivalidad de los países en una lucha a muerte de los imperios en competencia mediante prácticas políticas de acuerdo con sus intereses por el dominio de los mercados internacionales[1]. Respecto al llamado imperialismo moderno detalló que este modo de producción no ha implementado el ejercicio de las libertades civiles y políticas de los centros de poder occidentales a los territorios colonizados. En el ámbito político, el imperialismo moderno ha propagado la autocracia, evidenciando que la invasión de los nuevos territorios se perpetró por una minoría de burócratas, mercaderes industriales que ejercían el poder político sobre la numerosa población originaria a la que consideraban inferiores e incapaces de gobernarse o industrializarse[2].

Dicho de otro modo el análisis de Hobson apunta a que el imperialismo no persigue el beneficio de una nación es decir, busca favorecer los intereses de determinados grupos sociales con el objetivo de un beneficio personal y son ellos quienes dirigen la política del país al que suministran recursos económicos. Concluye que la base teórica del capitalismo de asistencia gubernamental que puede invocar el inversionista al encontrarse en riesgo su capital de inversión en un Estado extranjero, no tiene comparación con los peligros creados por las finanzas y capitalismo internacional esto debido a que los círculos económicos y políticos dominantes ostentan un participación cada vez más mayor de las ganancias del capital invertido. Ultima que el creciente interés de las clases acaudaladas impone una permanente tendencia a servirse de toda influencia del gobierno para conseguir la intrusión en la vida política de los gobiernos en los que poseen sus inversiones[3]. A modo de conclusión expuso que el imperialismo constituye el mayor peligro para los estados nacionales pues impone:
           
a)     El militarismo,
b)    la oligarquía,
c)     la burocracia,
d)    el proteccionismo,
e)     la concentración del capital y
f)     violentas fluctuaciones del mercado[4].



1.3 Schumpeter
Un análisis equivalente es el propuesto por el economista Joseph Alois Schumpeter quien señala que el capitalismo efectivo se caracterizaba por la existencia de procesos que imposibilitan continuamente la competencia perfecta (basada en la transparencia del sistema, información inmediata, y en el libre ingreso a todas las esferas productivas). Respecto al desarrollo o progreso económico consideraba la posibilidad de establecer posiciones temporales de monopolio y recibir ganancias o utilidades monopólicas. Esta visión especuladora seria temporal y se disiparía como consecuencia de la eventual desaparición de la protección legal de las invenciones. Respecto al imperialismo lo define como la disposición, desprovista de objetivos, que manifiesta un estado hacia la expansión por la fuerza, más allá de todo límite definible. Esa condición es explicada por la persistencia de las estructuras sociales, de las mentalidades y los comportamientos político-económicos alcanzados en la era de las monarquías absolutas. A juicio de Schumpeter la aparición de tendencias monopólicas y proteccionistas si bien no son inherentes al sistema capitalista considera la existencia temporal de estos mecanismos[5].

A modo de conclusión se considera que en la escuela liberal el imperialismo se compone como una serie de causalidades que no se pueden atribuir a un solo factor sin embargo,  estas teorías,  reconocen la existencia de un sistema de absolutismo político, financiero, bélico, geográfico y educativo que despliega un Estado o potencia capitalista con el objetivo de extender su ámbito de influencia sobre otros Estados.




[1] Hobson, J.A., “Estudio del imperialismo”, España, Alianza, 1980, p. 30-33.
[2] Hobson, J.A., “Estudio del imperialismo”, op. cit., p. 47.
[3] Ibídem, p. 321-323.
[4] Ibídem, p. 325.
[5] Arnoleto, Eduardo Jorge, Curso de teoría política, s.l., Eumed.net, 2007, p. 342-343.

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