Capítulo 1.
1.1 Concepto de imperialismo
El imperialismo es un sistema de dominación política, económica,
militar, territorial y cultural que ejerce un Estado o potencia capitalista con
el objetivo de extender su ámbito de influencia sobre otros Estados.
Etimológicamente, es un vocablo singular: “imperiale”, significa perteneciente
o relativo al imperio y el prefijo: “ismo”, designa una doctrina o sistema.
Este régimen hegemónico, obedece a la explotación económica, subordinación
cultural, ocupación militar de territorios geoestratégicas, creación de
protectorados e invasión de zonas no habitadas con el objetivo de preservar las
estructuras de poder de ese Estado imperialista. Para concebir y contextualizar
el fenómeno del imperialismo resulta necesario hacer un recorrido por la
perspectiva capitalista y desde el enfoque marxista.
1.2 Hobson
Con relación a los estudios realizados desde la orientación liberal,
el economista y crítico John Atkinson Hobson conocido ordinariamente como J.A.
Hobson en su obra “Estudio del Imperialismo”, expuso los orígenes económico, político, teórico y prácticos de
este sistema; estableció de forma general que la expansión de este sistema de
dominación obedeció a la búsqueda de nuevos mercados e inversión en ultramar
bajo una aparente misión civilizadora. Esto se traducía en una inequitativa
distribución de la riqueza. Hobson precisó que la degeneración del nacionalismo
se transfiguraba en imperialismo; en este las naciones exacerban la rivalidad
de los países en una lucha a muerte de los imperios en competencia mediante prácticas
políticas de acuerdo con sus intereses por el dominio de los mercados
internacionales[1].
Respecto al llamado imperialismo moderno detalló que este modo de producción no
ha implementado el ejercicio de las libertades civiles y políticas de los centros
de poder occidentales a los territorios colonizados. En el ámbito político, el
imperialismo moderno ha propagado la autocracia, evidenciando que la invasión de
los nuevos territorios se perpetró por una minoría de burócratas, mercaderes
industriales que ejercían el poder político sobre la numerosa población originaria
a la que consideraban inferiores e incapaces de gobernarse o industrializarse[2].
Dicho de otro modo el análisis de Hobson apunta a que el imperialismo
no persigue el beneficio de una nación es decir, busca favorecer los intereses de
determinados grupos sociales con el objetivo de un beneficio personal y son
ellos quienes dirigen la política del país al que suministran recursos
económicos. Concluye que la base teórica del capitalismo de asistencia
gubernamental que puede invocar el inversionista al encontrarse en riesgo su
capital de inversión en un Estado extranjero, no tiene comparación con los peligros
creados por las finanzas y capitalismo internacional esto debido a que los
círculos económicos y políticos dominantes ostentan un participación cada vez
más mayor de las ganancias del capital invertido. Ultima que el creciente
interés de las clases acaudaladas impone una permanente tendencia a servirse de
toda influencia del gobierno para conseguir la intrusión en la vida política de
los gobiernos en los que poseen sus inversiones[3].
A modo de conclusión expuso que el imperialismo constituye el mayor peligro
para los estados nacionales pues impone:
a)
El militarismo,
b)
la oligarquía,
c)
la burocracia,
d)
el proteccionismo,
e)
la concentración del capital y
f)
violentas fluctuaciones del
mercado[4].
1.3 Schumpeter
Un análisis equivalente es el propuesto por el economista Joseph
Alois Schumpeter quien señala que el capitalismo efectivo se caracterizaba por
la existencia de procesos que imposibilitan continuamente la competencia
perfecta (basada en la transparencia del sistema, información inmediata, y en
el libre ingreso a todas las esferas productivas). Respecto al desarrollo o
progreso económico consideraba la posibilidad de establecer posiciones temporales
de monopolio y recibir ganancias o utilidades monopólicas. Esta visión especuladora
seria temporal y se disiparía como consecuencia de la eventual desaparición de
la protección legal de las invenciones. Respecto al imperialismo lo define como
la disposición, desprovista de objetivos, que manifiesta un estado hacia la
expansión por la fuerza, más allá de todo límite definible. Esa condición es
explicada por la persistencia de las estructuras sociales, de las mentalidades
y los comportamientos político-económicos alcanzados en la era de las monarquías
absolutas. A juicio de Schumpeter la aparición de tendencias monopólicas y proteccionistas
si bien no son inherentes al sistema capitalista considera la existencia
temporal de estos mecanismos[5].
A modo de conclusión se considera que en la escuela liberal el
imperialismo se compone como una serie de causalidades que no se pueden
atribuir a un solo factor sin embargo, estas
teorías, reconocen la existencia de un sistema
de absolutismo político, financiero, bélico, geográfico y educativo que
despliega un Estado o potencia capitalista con el objetivo de extender su
ámbito de influencia sobre otros Estados.
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